Suelos para la cocina

Suelos para la cocina

En la actualidad, la cocina representa una de las áreas más concurridas por todos los miembros del hogar. Punto de reunión para compartir un café o disfrutar de un buen desayuno, estas habitaciones han cobrado especial protagonismo en el seno familiar, y como tal, la necesidad de un diseño adecuado y agradable a nuestra vista se hace más que necesario.

Al igual que los revestimientos de pared o el material que compone nuestra encimera, los suelos de cocina definen en gran medida el diseño y la armonía de este tipo de habitaciones. Por lo tanto, y con el objetivo de lograr una estética acertada, te presentamos a continuación las tendencias más sobresalientes en cuanto a suelos para cocina se refiere.

Suelos porcelánicos rectificados

Este término se emplea para definir aquellas baldosas producidas a partir del cocido de pasta cerámica, sometidas posteriormente a un proceso de rectificado que reduce la porosidad y aporta mayor resistencia. Algunos modelos recrean texturas muy comunes como la madera o el acero, aunque los colores sólidos y oscuros gozan de mayor preferencia, quizás por la elegancia que proveen a nuestra cocina y su capacidad para “disfrazar” las impurezas.

De manera general, se recomienda elegir baldosas de grandes dimensiones como las de 120x60 cm, pues emulan la sensación de un piso completo y reducen la ocurrencia de desniveles entre una pieza y otra, algo que también debe precaverse mediante la asistencia de albañiles profesionales.

Cerámica tradicional

Una opción que no ha pasado de moda y continúa ocupando las últimas tendencias del sector. La cerámica tradicional o baldosas de “pasta roja” presentan una diferencia crucial con respecto a los suelos porcelánicos rectificados: son mucho más económicas. Sin embargo, la principal desventaja reside en su tamaño, pues esta variante de suelos no suele sobrepasar los cuarenta centímetros cuadrados, en aras de aportar mayor resistencia.

Como consecuencia de esta diferencia, el número de juntas es considerablemente mayor, lo que se traduce en un impacto visual muy diferente, aunque para nada desagradable. A su vez, el espaciado entre baldosas también suele aumentar ligeramente, pues las piezas poseen cantos biselados que encajan con perfecta armonía en el diseño general de nuestra cocina. Sin duda, elegir este tipo de suelos es ideal si contamos con bajo presupuesto.

Fotos de suelos de cocina

Láminas de madera

Para proyectos rápidos, ajustados y que no requieren la intervención de profesionales, las láminas de madera son el ganador indiscutible. En primer lugar, facilitan un montaje sencillo y práctico, que puede ser efectuado por cualquier persona. Además, debemos tener en cuenta que este tipo de suelo nos provee de inmensas posibilidades, pudiendo escoger aquellas tonalidades de madera que más se ajustan al diseño de nuestra cocina.

Su composición se basa en el uso de láminas prensadas que imitan la madera real en su superficie, aunque el interior está equipado con fibras de madera de alta densidad que caracterizan este producto con una mayor resistencia y durabilidad. Para mayor protección del suelo, estas láminas de madera incluyen un acabado plastificado que confiere mayor protección ante la ocurrencia de golpes, derrames de líquidos, manchas y quemaduras.

Suelos de linóleo

La propuesta más ecológica de todas, puses el linóleo es un material biodegradable, producido a partir de componentes naturales. Durante el proceso de confección, tienen lugar ingredientes como la harina de madera, el polvo de corcho y el aceite de lino. La mezcla resultante da lugar a un material resistente, de gran impermeabilidad y sobre todo muy higiénico y fácil de limpiar.

Para lograr los distintos modelos de linóleo se emplean pigmentos naturales. De esta manera, pueden lograrse patrones muy estéticos, imitaciones de mármol o madera y colores sólidos muy bellos. Habitualmente, los rollos de linóleo son unidos a través de una soldadura que copia el modelo o la trama de colores de cada pieza, lo que da la sensación de un suelo continuo a lo largo y ancho de la habitación. Para un montaje correcto se recomienda la asistencia de personal calificado, que garantice además la nivelación correcta de cada pieza.

Microcemento

Para lograr el microcemento, se añaden agentes químicos a una muestra de cemento común, que resulta en un material extremadamente fino y de gran resistencia. Razones más que suficientes para decorar nuestra cocina con este producto, que además puede ser aplicado sobre nuestro antiguo suelo sin problemas, gracias a sus propiedades adhesivas.

Es necesario destacar además que el microcemento posee niveles muy bajos de porosidad, que le permiten reducir la acumulación de suciedad y resultan muy prácticos para limpiar. Generalmente, el microcemento es fijado como una sola pieza, y aunque las tendencias apuntan al uso del color gris, puede optarse por otras tonalidades más llamativas. En cualquier caso, la calidad estará garantizada, y nuestra cocina ostentará un diseño industrial exclusivo.

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